De las armas a los ceos. Mujica sonríe con su vice el miércoles luego de haber seducido a los ejecutivos de la Argentina.
“La riqueza no se genera por decisiones legislativas; es hija de la inversión y del trabajo”. “Los que crean la riqueza, son los empresarios, los emprendedores”.
Bastaron 22 minutos para que 1500 empresarios –almorzando en el Conrad de Punta del Este- entendieran que quien esto decía, José Mujica, nada tenia que ver con el guerrillero que en el siglo pasado (en 1969 ) había protagonizado la “ Toma de Pando” y el robo al Banco de la República.
“Haber ganado una elección no nos da patente de sabiduría ni de verdad; la sabiduría la construimos colectivamente”, dijo Mujica.
Los argentinos invitados aplaudían con entusiasmo mientras observaban entre los asistentes a ex presidentes y hombres de la oposición como Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle, Jorge Larrañaga, Pedro Bordaberry. No falto quien recordara que el padre de este último (Juan María Bordaberry) fue condenado recientemente a 20 años de prisión por su actuación como presidente de facto entre 1973 y 1976.
“No solo inviertan en Uruguay; vengan a vivir al Uruguay, por que acá los presidentes, los ministros y todos los ciudadanos caminan sin temor y sin custodia a cualquier hora por las calles de este país”. Los empresarios que viven en Buenos Aires no dejaban de mirarse y murmuraban por lo bajo su grata sorpresa frente a los dicho de “El Pepe”.
“Queremos un Uruguay sin mafias. Tenemos que atacar el delito desde el punto de vista represivo y también desde la prevención”, completó.
No faltó entre los presentes quien destacara la falta de temor en Mujica al pronunciar –con absoluta naturalidad– el término represión, tantas veces estigmatizado en estas playas.
Hasta aquí la crónica absolutamente neutral. Ahora lo subjetivo: me encantó escuchar a un presidente sencillo. Claro. Sin vueltas. Sin rencores.
Un hombre a punto de cumplir los 75 años que reconoce que el liberalismo es una virtud. No se si Mujica habrá leído a John Rawls, el celebre profesor de Harvard autor de Liberalismo Político. Tampoco importa. Pero no hizo otra cosa que decirnos que respeta la diversidad, que cree en el pluralismo, que apuesta a la convivencia.
Uruguay es un país que quiero. A los 33 días de haber nacido visite a parte de mi familia que vive en Montevideo. Siempre admire la educación de su gente. El buen trato. La ausencia de soberbia.
Y la dirigencia uruguaya fue entendiendo con el paso del tiempo que las utopías voluntaristas solo llevan a grandes frustraciones. Entendieron que el mantener las cuentas publicas en orden y brindarle seguridad a la población, no dependen de ser de derechas o de izquierdas: dependen de saber gobernar o de no saber hacerlo.
Pepe Mujica pasó 15 años de su vida en una celda. Podría estar enojado con razón. Podría perseguir a sus viejos enemigos. Pero no lo hace. Decidió mirar hacia el futuro. Solo miran hacia atrás los que no saben conducir hacia delante.
Aunque alguno pueda asombrarse, Mujica aspira a seguir mejorando la relación con los Estados Unidos. No con Venezuela. Uno de sus colaboradores mas cercanos me decía el miércoles: “No lo dude Hadad, para nosotros Hugo Chavez no es el modelo a seguir. Entendemos que para ver el progreso hay que mirar un poco mas al norte”.
Salí del Conrad con sentimientos encontrados. Por un lado la satisfacción de encontrarme con un presidente –que alguna vez tomo las armas– que apuesta al liberalismo, a la libre empresa, a la convivencia civilizada. Y por el otro, la desazón de ver del otro lado del río los valores que quisiera encontrar en la dirigencia de mi país.