El cristal desde el que miramos debe estar muy sucio, al menos el cristal de la gran mayoría de los Argentinos, o quizás nos pusieron una pantalla para que miremos lo que algunos y solo algunos desean. Esta rara sensación de estar viviendo en un país pintado me revuelve el estómago y es porque me produce impotencia ver una Argentina que marcha, insisto, para algunos, mientras la inmensa mayoría pareciera que vemos la película de Alicia en el país de las maravillas y solo podemos disfrutar la fantasía desde la butaca.
El país se divide claramente entre los que se informan (TV Satelital, Internet, diarios nacionales etc. y de esto sacan conclusiones racionales) que parecieran ser pocos en San Juan y los que solo pueden acceder a información restringida (canal 8, Diario de Cuyo, radio Colón y Sarmiento y algunos pasquines dispersos), de otro modo no es posible explicarse la aparente preferencia sanjuanina por el actual gobernador y sus colaterales. Es cierto que los sueldos en la provincia se cobran puntualmente y quizás ese sea un gran factor de obediencia debida, pero es mucho más importante lo negativo que muestran medios nacionales de esta provincia (como el debate Solanas y César Gioja dónde nuestro senador perdió 3 a 0), y lo que cualquiera que la vive y se informa adecuadamente puede observar.
San Juan la podríamos dividir en varias partes, según el esmerilado de cada cristal, pero en cuanto a nuestra realidad solo hay dos cristales, uno, el de las minorías absolutas, unas ¿20.000? personas (entre el beneficiado directo y sus grupos familiares) y el resto de los habitantes, es decir unas 650.000 personas sentadas en las butacas. Estos grupos felices se distribuyen entre los que hacen negocios con las mineras, los políticos, empleados jerárquicos de tribunales y los que hacen negocios con el establishment político y no me parecería mal si todos tuviéramos las mismas oportunidades.
El mentado “gran despegue” es evidente y clarísimo que no es para todos, en realidad la historia actual nos dice que “los nuevos ricos” son minoría, pero el ruido que hacen los muestra como si fueran mayoría.
Nunca dejé de pensar en que el actual gobernador es un hábil político y un buen gestor, pero también pienso que no juega limpio con la provincia y sus ciudadanos, los que lo votan, y es una opinión basada en la realidad que vivimos los sanjuaninos, en nuestras vivencias personales y en la proyección a futuro de nuestra sociedad tan conservadora y partidaria.
Estos políticos pueden decir que la historia los juzgará y no tengan dudas de que así será, pero el tema no pasa por la historia, eso será en un futuro y ya seremos historia, nadie de nosotros sabe si estará, a mí en lo personal me interesa el presente, hoy, ahora y puedo decir que hay muchas materias de este gobierno de Gioja que no resisten el cuatro, se encuentran aplazadas o al menos en revisión.
No voy a redundar en temas de minería (aunque si la voy a nombrar), ya otros lo hicieron y estoy de acuerdo, pero puedo tocar otros que deberían tenerse en cuenta para ese mentado “despegue” que todos los sanjuaninos esperamos, no para enriquecernos en lo personal, sino como sociedad con poca dependencia nacional.
La muy conocida situación ambiental mundial y el clamor humano por preservar “el patio de nuestra casa” (la naturaleza) no es algo menor, solo hay que observar la información científica para darnos cuenta del futuro incierto que le espera a la humanidad, especialmente a nuestra descendencia que deberá encarar una forma de vida compleja. Cierto es que San Juan es un grano de arroz en el vasto mundo, pero no contribuimos a preservarlo, tenemos polución a gran escala.
Muchos dirán que nuestra provincia “no da para más”, pero esto es falso, EEUU en pleno desierto logró desarrollar una de las ciudades más ricas, Las Vegas, hicieron un vergel de lo que era en apariencia algo inviable para vivir, Israel combatió el desierto y lograron un milagro en base a cerebros y tecnología aplicada, Taiwan, una isla de 39.000 km cuadrados se convirtió en uno de los países industrializados más importantes del mundo, Suiza con sus 41.200 Km cuadrados de superficie cuenta con una de las economías capitalistas más poderosas y modernas del mundo, ahora, ¿San Juan con sus 90.000 Km cuadrados de superficie no puede, no tiene capital humano que sirva o no quiere desarrollarse?
La minería es un recurso valioso en la provincia si se lo ve desde la óptica del aprovechamiento de sus recursos naturales, pero sería más aceptable con reglas similares al primer mundo y con limitaciones en muchos aspectos, especialmente en la viabilidad de estos emprendimientos con los recursos de agua de este valle semi desértico y beneficios directos y lógicos en materia tributaria y de regalías. Controles sobre el fantástico sistema de “circuito cerrado” del que habló César Gioja en el programa “A dos voces”, ya que se me hace difícil aceptar esa fantasía de que usan la misma agua y se recicla para volver a ser usada, si esto fuera cierto Veladero no estaría usando en forma diaria tantos millones de litros del vital líquido.
La industria sin humo debería enfocarse especialmente en la agroindustria y esta se puede multiplicar por varios dígitos haciendo uso de tecnologías poco onerosas, el turismo de montaña, tanto de verano como de invierno, está en pañales, podría ser una inmensa fuente de ingresos para la provincia. Lugares como Jáchal, Iglesias, Calingasta, Barreal, el Valle de la Luna y muchos otros lugares deberían ser desarrollados para un turismo fluido, nacional y extranjero.
El desarrollo de industrias en creación de tecnologías, fábricas de autopartes, computadoras, tecnología médica, artesanías etc. no son una fantasía, Japón, China y muchos países pequeños que no tienen más superficie que San Juan han logrado desarrollarse en forma extraordinaria, ¿San Juan no puede?, repito, ¿no tenemos cerebros e imaginación?
Creo firmemente que nuestra provincia no se termina en la minería a cielo abierto, estoy convencido que el fomento de otras actividades podría hacernos crecer como sociedad y vivir en un lugar que a mi entender es privilegiado en muchos aspectos.
La pobreza estructural de una gran parte de nuestros com ciudadanos es un pecado de esta sociedad sanjuanina y especialmente del establishment político que prefiere mantener el clientelismo para sus fines de poder. Podríamos ser grandes con dirigentes intelectuales y con buenas intenciones, hoy no es el negocio y no nos damos cuenta que el crecimiento con inclusión general nos pondría a la vanguardia dentro del concierto de provincias Argentinas.
La pregunta es ¿con este nivel de dirigentes podemos crecer como sociedad?, no, no me imagino que esto pueda ocurrir y si bien la mayoría de nosotros sobrevivimos, no estamos creando un futuro para nuestra descendencia.