Se renuevan, en distintos sectores del Pais, el fantasma del golpe de estado.
“Cristina no llega a fin de año”, “Hay que bajarla” o “No terminará su mandato” son frases que se filtran en cualquier conversación de café, entre amigos o en almacenes de barrio. Comentarios puestos por los medios monopolicos de comunicación. El golpe del 76 aún duele en el individualismo, la indiferencia ante lo social, la exclusión, la falta de solidaridad, el descreimiento en las instituciones públicas, en las madres que no tienen dónde llorar a sus hijos y en aquéllos que vivieron en carne propia las torturas y que no quieren volver atrás.
Cuando se dice que tiene que haber otro golpe para que las cosas cambien, se dice también que la historia y el sufrimiento de miles de personas, no enseñaron nada.
En 1930 desprestigiaron a don Hipólito Irigoyen de cualquier forma y casi sin motivos lo derrocaron, Uriburu como cabeza de los vendepatria rompió el orden constitucional iniciado en 1862 y que inauguró la famosa “Década Infame”, en adelante la conducta de determinados grupos siempre fue la misma. Sacar lo que dicen que no funciona, pareciera la mejor opción, sin dejar que las cosas sigan un rumbo normal y que se termine un mandato como corresponde.
Después en 1955 se cansaron de los progresos industriales y sociales del general Peron y lo derrocaron, vino la revolucion fusiladota y todo retrocedio.
Arturo Frondizi tambien los puso nerviosos a los golpistas de siempre porque hablaba mucho de desarrollo y de tener autoabastecimiento petrolero.
Arturo Illia les parecia demasiado lento y honesto y lo golpearon militares, vendepatrias y gremialistas.
A Isabel la derrocaron 7 meses antes de que se hicieran elecciones y vino la dictadura mas atroz con 30.000 desaparecidos y el incremento de la deuda externa de 9.000 a 50.000 millones de dolares. Los golpes de estado fueron sinónimo de terror, muerte y un gran retroceso económico, que arrastra al país a una lenta agonía. Ya que los gobiernos constitucionales que los siguen tienen que tratar de subsanar el desastre que dejan las dictaduras
A quién beneficia un golpe de estado? Acaso con golpistas estaríamos mejor que en democracia?... El NUNCA MÁS, debe estar vivo “ahora más que nunca”.