Las importaciones de vino a granel desde Chile, que parecían haber quedado atrás tras alcanzar su punto álgido durante la cosecha 2024, han vuelto a generar controversia en la industria vitivinícola argentina. La reciente viralización de una etiqueta de un vino ampliamente reconocido en el mercado, que especifica ser de procedencia chilena, ha encendido nuevamente el debate.
El vino en cuestión, elaborado por Finca Las Moras, forma parte del volumen de importaciones que ingresó al país entre enero y mayo, con el fin de ser fraccionado en territorio nacional. En la etiqueta frontal se lee claramente la palabra «Chile», mientras que en la parte posterior se detalla “Procedencia Chile” y “Envasado por Finca Las Moras”, junto con la información del importador.
Este caso remite a un informe previo emitido por el Instituto Nacional de Vitivinicultura, que detallaba que en dicho período las importaciones totales de vino —tanto fraccionado como a granel— alcanzaron los 4,38 millones de litros, el volumen más alto registrado en los últimos siete años. De esta cantidad, 3,4 millones de litros corresponden a vino tinto genérico, 500 mil litros a vino tinto varietal (como el Cabernet Sauvignon de la etiqueta viral) y 373 mil litros a vino blanco varietal. Mientras que los vinos varietales fueron recibidos en Mendoza, el vino genérico tuvo como destino mayoritario la provincia de San Juan, con una pequeña porción también asignada a Mendoza.
Gustavo Samper, presidente de la Cámara Vitivinícola de San Juan y vicepresidente de la COVIAR (Corporación Vitivinícola Argentina), expresó su preocupación por la situación en una entrevista con el Diario de Cuyo. “No es un problema de volumen, que es bajo en comparación con otros años como 2016, cuando se importaron más de 80 millones de litros. El problema radica en cómo esto afecta a las pymes del sector, especialmente a las bodegas trasladistas”, explicó Samper. Según el dirigente, el mercado del vino está estancado porque las grandes bodegas han dejado de comprar a los productores locales, lo que podría ser una maniobra para presionar una baja de precios.
De las importaciones totales, Chile es responsable del 98%, siendo el único país desde el cual se ha importado vino a granel. Este segmento representa el 99,5% de las importaciones chilenas. Las restantes importaciones, que suman 100 mil litros, provienen de otros nueve países —entre ellos España, Bélgica, Israel, e Italia— y se refieren exclusivamente a vinos ya envasados.
La situación ha puesto en alerta a los actores más pequeños de la cadena vitivinícola, quienes ven con preocupación el impacto que estas decisiones podrían tener en la competitividad del sector.