El Diputado no tiene quien le escriba
Por. Juan Carlos Rotter
El Ex Gobernador Gioja quiere seguir pateando con las dos piernas como siempre lo hizo en todas las canchas que le toco jugar. ¡Una buena manera de encantar a las tribunas, de ilusionar a los seguidores y de motivar el canto de las sirenas!
No quiere quedarse afuera de un PJ con futuro incierto, complicado y con peleas de fondo en breve y ha decidido ponerse a la cabeza de una diezmada armada Brancaleone sin posibilidad de trascendencia pero con ganas de permanencia. Además pretende contarnos desde el imaginario político, muy instalado en nuestros dirigentes, el yo no hice nada. Nunca permití un sobreprecio, ni padecí ilícitos, ni promoví la falta de división de poderes. ¡Ni alenté al enemigo ni agua!
Los “culpables” siempre son otros. ¿Quiénes son los otros para el hoy Diputado vaya a saber? Tendría que consultarlo con Tony Kamo.
Lo que no quiere o no puede explicar el hoy Diputado en principio es porque el PJ no está en el poder, porque se encuentra el partido fragmentado y sin brújula, por que existen profundas divergencias entre sus dirigentes, sobre todo en aquellos probos, modernos y democráticos, no tan solo sobre las perspectivas de futuro y la visión de país que nos incluya a todos particularmente en el reconocimiento y la condena sobre la corrupción. Ya lo han hecho algunos dirigentes de su propio partido que no la niegan como causa relevante de la decadencia social que padece nuestra sociedad y que para otros aún les cuesta leer de manera correcta y honesta.
Se confunde Gioja cuando cree que su permanencia a cargo de un partido que padece el síndrome de la cascara vacía que planteando una defensa corporativa sin autocrítica alguna sobre la corrupción que roza al último gobierno que lo tuvo como protagonista e insinuar que a los argentinos nos sigue dando lo mismo la biblia y el calefón o que todos los dirigentes políticos son una misma cosa, le escapa al bizcachazo. Sería un grave error porque trasluce la miopía que padece sobre una realidad que es más profunda que el estigma de no estar en el poder. Se trata concretamente de hacer un país viable, próspero y confiable. ¡De esto tendría que hablarnos Gioja!