Nadie duda acerca de su triunfo en las presidenciales del domingo. Lo único que resta saber es si será en primera vuelta o no.
La ex gobernante socialista Michelle Bachelet está a las puertas de lograr un cómodo triunfo que le podría dar un inédito segundo mandato en los comicios presidenciales del próximo domingo en Chile.
La duda es si la ex mandataria (2006-2010), única mujer que ha gobernado en toda la historia del país, vencerá en primera vuelta a su principal rival, la abanderada del oficialismo Evelyn Matthei, que intenta afanosamente revertir los sondeos que la dan como perdedora.
Además de Bachelet y Matthei, en los comicios participan otros siete candidatos, la mayor cantidad de postulantes en la historia de Chile, que buscan el sufragio de poco más de 13 millones de votantes habilitados para acudir a las urnas.
Una de las dudas que sólo se despejará al término de la jornada electoral es si los chilenos se volcarán masivamente este domingo a votar, ya que ésta es la primera vez que una elección presidencial se celebra con inscripción automática, pero con voto voluntario.
La preocupación ha rondado en las candidaturas pues el único antecedente que existe desde que se estrenó el nuevo sistema fue la abstención cercana al 60 por ciento que se registró en los comicios municipales del año pasado.
Con tal precedente, tanto Bachelet como Matthei han hecho fervientes llamados a sus electores para que concurran a votar.
Todos los sondeos conocidos hasta ahora le dan una contundente victoria a la ex mandataria, incluso en primera vuelta, hecho que celebran en su comando, pero también les preocupa, porque se instaló la sensación entre sus partidarios de que ya es ganadora y no es tan importante si no van a ejercer el voto.
Lo mismo para Matthei, que ha invitado a sus adherentes a participar y conseguir los sufragios necesarios que le permitan competir con su adversaria en la segunda vuelta, prevista para el 15 de diciembre si ninguno de los candidatos consigue la mayoría absoluta.
Bachelet, médico pediatra de 62 años, es la abanderada de la Nueva Mayoría (NM), una coalición de centroizquierda sucesora de la Concertación de Partidos por la Democracia, conglomerado que gobernó por 20 años desde el término de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La NM la integran los demócratas cristianos, el mayor socio de la coalición, socialistas, social demócratas y comunistas, entre otros.
En su programa de gobierno, Bachelet prometió una nueva Constitución Política que elimine todo vestigio de autoritarismo pinochetista, una reforma tributaria para introducir más equidad y financiar los cambios profundos que se propone en la educación, donde espera eliminar el lucro que se hace hoy con fondos del Estado.
Matthei, economista de 60 años, es la candidata de la Alianza por Chile, una coalición integrada por su colectividad, la Unión Demócrata Indpendiente (UDI), el partido que fue el sostén político de la dictadura, y Renovación Nacional (RN).
De llegar a la presidencia, la aspirante derechista prometió ser la continuadora de la que llama "la exitosa" gestión del gobierno del presidente conservador Sebastián Piñera (2010-2014) y del que ella fue parte como ministra del Trabajo.
De los otros siete candidatos, Marco Enríquez–Ominami, un ex socialista que consiguió como independiente un poco más del 20 por ciento en las presidenciales de hace cuatro años, ha bajado esta vez su marca y es probable que ocupe el tercer lugar, seguido por el "populista" de derechas Franco Parisi, según las encuestas.
Los demás postulantes son Alfredo Sfeir, un ex funcionario del Banco Mundial, candidato del Partido Ecologista Verde; el economista Marcel Claude, que promete la nacionalización de todas las riquezas básicas del país; Ricardo Israel, un académico que favorece la regionalización; Roxana Miranda, una dirigente social de los sin casa que busca el voto de los más pobres y Tomás Jocelyn-Holt, un ex diputado demócrata cristiano, que aspira a cambiar la forma de hacer política en Chile.
Además de las presidenciales, los chilenos deberán votar también por la renovación total de la Cámara de Diputados, de 120 parlamentarios, y de una parte del senado, de 48 representantes.